miércoles, 8 de febrero de 2012

Violeta & Alfredo

París en el siglo XIX.

Yo salí a tomar el aire y a fumarme un cigarro al balcón de aquel palacio en el que se celebraba una fiesta.

Ví a una dama hermosa y me acerqué para conversar con ella. Se llamaba Violeta y aparte de su hermosura, era muy simpática. Me gustó estar en ese momento conversando con ella, estaba feliz.

A los días depués le envié un ramo de flores con na nota en la que decía que iba a ir a visitarla para conversar más con ella y conocerla mejor.

Nerviosillo, toqué en su puerta y ella me abrió. Nos sentamos en la salita y tomamos un té. Yo, ilisionado, la miraba con cara de enamorado, me encantaba su sonrisa y su dulce voz. Pero cuando le pregnté que si quería tener una relación estable conmigo, le cambió la cara rápidamente y me sentí tonto, quizás ela no sentía lo mismo que yo sentía por ella. Me dijo que eso no podría ser y yo le dije que si era porquue ya tenía a alguien a su lado y me dijo que no era eso. Yo insistí pero ella me decía que antes yo tenía que saber algo, yo le dije que vale, que me lo contara. Me dijo que era prostituta, pero no de las que se acuestan con todo hombre que se cruce, sino que se acostaba con duques, y gente importante.

Me partió el corazón y me marché rápidamente de allí. Ella se quedó dolorida.

Semanas después volví a verla y se lo volví a pedir, le dije que nos marcharíamos lejos de París, donde nadie nos molestaría, a cambio de que ella abandonara la vida de tener todo tipo de lujos y placer con los hombres. Ella dijo que sí, que lo dejaría todo por mí. Nos marchamos lejos de París a una casa en el campo, donde nadie nos molestaba y donde fuimos felices durante siete meses.

Un día de esos, volví a casa después de trabajar. Mi novia Violeta, se acercó a mí y me pidió que le diese un beso, un beso como si fuese la última vez que la besara. Yo sonreí y la miré con cara de "¡qué dices mjer!". Ella insistía y la besé. Después de aquel beso, ella empezó a llorar y se marchó al dormitorio. Me preocupé un poco pero no le di mucha importancia.
A los días siguientes, igual que todos, volví a casa después del trabajo, y mi novia no estaba en casa, la busqué y no la encontré.

Pasaron días, meses y no apareció, me abandonó.

Un año después en la fiesta del palacio fuí a una jugada de cartas, gané mcho dinero y contento salí de la sala, pero cuando salí, la volví a ver, era ella, hermosa como el día quue la conocí. Se le cambió la cara igual que a mí. Pegué una voz, mandando a los músicos que pararan de tocar, hice que todo el mundo estuviese callado. Lleno de odio y coraje contra esa mujer, grité:-¡Con esta dama estuve viviendo durante siete meses, después de saber que era prostituta!,¡Lo dejó todo por mí, y nos fuimos lejos de París!,¡Nos quisimos muchísimo, pero un día ella me abandonó sin decir ni adios, desapareció!,¡Hoy día siento odio por ella, no la quiero!, me dejó-.

Tirév todo el dinero que gané a su cara y me marché, ella, dolorida, empezó a llorar.

Días o meses después, mi padre me dijo que violeta estaba muy mal. Estaba ingresada en el hospital con tuberculosis. Le dije que no quería saber nada de ella, pero mi padre me dijo que había algo que yo no sabía. Me dijo que él fue a visitarla a la casa del campo, mientras que yo trabajaba y le pidió a mi novia que si de verdad me quería, que me dejara que iba a ser mejor para mí. 

Mi hermana en esos días se casaba y dijo que no quería en la familia a una mujer que se había acostado con tanto hombres y por ese motivo no se casaba. Entonces mi padre fué a pedirle a Violeta que me dejara para que así se casara mi hermana. Lo entendí todo, Violeta no me abandonó porque ella quiso, sino porque mi padre se lo pidió. Me largué coriendo, cojí mi caballo y cabalgué hasta el hospital.

Cuando llegué a su habitación ella me sonrió pero estaba triste, apagada, pero sus ganas de abrazarme seguían ahí.

Me abracé con ella y la besé, le pedí más de doscientas veces que me perdonase, que lo sentía, ella me decía que no pasaba nada quue seguía queriéndome como siempre, que por favor la besara otra vez como si fuera la última vez.

Yo la besé y en aquel beso, mi novia, Violeta, murió.

                            
                                                   ...FIN...